Tradicionalmente, el Camino de Guadalupe ha sido una de las rutas de peregrinación más antiguas del interior peninsular.
Con origen en Madrid o Toledo, esta hermosa ruta surca los llanos de Castilla la Mancha hasta llegar al pueblo de Oropesa de Toledo, punto de confluencia entre el Camino de Guadalupe procedente de Ávila y Segovia.
Oropesa de Toledo está considerado como uno de los pueblos más bonitos por los que el peregrino puede pasar y descansar en sus maravillosos establecimientos hosteleros después de una larga jornada.
Todo el equipo que forma El Navarro 24 nos quedamos asombrados de la vitalidad de sus peregrinos, la alegría con la que vienen y sobre todo, las ganas con las que piden una cerveza mirando al Reloj de la Villa.
El Camino de Guadalupe supone una fuente de inspiración, conocimiento de uno mismo y encuentro con la naturaleza donde la historia y el abolengo incitan a continuar andando, en bicicleta o a caballo.
¿Quién dijo que los caminos solo se hacen con una mochila y unas zapatillas?
Actualmente, nos estamos encontrando muchos comensales que disfrutan de nuestra comida casera y esperan al “coche escoba”, que suele ser un amigo o familiar, para recogerlos y volver a su punto de partida.
Los tiempos cambian pero las tradiciones se mantienen y nosotros, mantenemos el hablar con cada uno de los peregrinos que pasan por Oropesa.
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